Para solicitar una sesión informativa gratuita, contacta en el 624369156 o en el email rumbo.psicologia@gmail.com
No, no todas las personas necesitan lo mismo durante un ataque de ansiedad
Conocer bien a la persona y, más en particular, qué le ayuda durante un ataque de ansiedad, es una gran ventaja. Hablar de manera abierta sobre el tema con familiares, amistades e incluso compañerxs de trabajo o estudios puede darles una guía para servir de ayuda. Sin embargo, esto no es posible en todos los casos, como por ejemplo si ayudamos a alguien que no conocemos.
¿Qué suele ayudar en la mayoría de casos?
Preguntar directamente a la persona qué necesita para encontrarse mejor puede resultar una estrategia inútil si no está en disposición de atender a nuestra conversación o de pensar con claridad. Sin embargo, podemos intentarlo. Atiende a tu forma de comunicarte ya que puede ser determinante en ese momento. Si quieres saber más sobre este asunto haz clic aquí.
Alivio Físico:
Algunas personas pueden necesitar aliviar los síntomas físicos de la ansiedad, como la respiración acelerada, el aumento del ritmo cardíaco o los mareos. Técnicas como la respiración profunda o la respiración diafragmática son bastante comunes y pueden ser útiles en estos casos. Sin embargo, la mejor técnica puede variar según la persona:
La espiración lenta y profunda puede ayudar a reducir la sensación de ahogo.
Respiración controlada en 4 tiempos:
Inhalar por 4 segundos por la nariz.
Sostener la respiración por 4 segundos.
Exhalar por 4 segundos por la boca.
Esperar 4 segundos antes de inhalar de nuevo.
Algunas personas necesitan compañía, alguien que les apoye de manera tranquila y sin minimizar lo que están experimentando.
Validación emocional: reconocer que lo que sienten es real puede ser muy tranquilizador. Decir cosas como "Te entiendo, estoy aquí para ti" puede ser útil, pero evitando frases que invaliden la experiencia, como "No tienes que sentirte así" o "No pasa nada".
A veces, las personas necesitan un entorno más calmado o menos estimulante para poder procesar y reducir la ansiedad. Esto puede implicar ir a un lugar más tranquilo o reducir el ruido y las distracciones. Sin embargo, otras personas pueden necesitar estar en movimiento o recibir un poco de estimulación suave para calmarse, como caminar lentamente o realizar actividades que distraigan.
Algunas personas pueden beneficiarse de distraerse del ataque de ansiedad para evitar que se centre más en los síntomas. Esto puede incluir escuchar música, hablar de algo que no sea el ataque de ansiedad o simplemente enfocar la mente en algo fuera de la fuente de estrés.
Mindfulness o atención plena: Ayuda a algunas personas a centrarse en el momento presente, lo que puede ayudar a reducir el pensamiento catastrófico o las preocupaciones que aumentan la ansiedad.
Visualización relajante: Para algunas personas, imaginar un lugar tranquilo, como la playa o un jardín, puede disminuir los síntomas de ansiedad.
Mientras que algunas personas se benefician del contacto físico o del apoyo cercano, otras pueden necesitar espacio personal durante un ataque de ansiedad. Es importante no forzar a alguien a aceptar contacto físico si no lo desea, ya que esto puede aumentar su incomodidad.
Para algunas personas, saber que tienen un plan o una estrategia para manejar la ansiedad puede ser tranquilizador. Por ejemplo, tener una lista de técnicas que puedan usar cuando sientan un ataque de ansiedad inminente, o saber que pueden pedir ayuda en cualquier momento, puede dar mayor sensación de control. Sin embargo estas estrategias pueden hacernos dependientes de conductas de comprobación o de otras personas, por lo que no son del todo recomendables.
Y tú, ¿has identificado qué alivia a esa persona que conoces?