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Advertencia: la información aquí expuesta tiene carácter general y en ningún caso constituye un diagnóstico. Evita autodiagnosticarte por mucho que tu caso se asemeje. Además, el uso de etiquetas diagnósticas ha demostrado tener pros y contras. Por un lado pueden ser útiles especialmente para obtener tratamiento y comprensión. Por otro, pueden ser contraproducentes, pudiendo generar en la persona malestar, estigma social, sentimiento de verse reducida a su diagnóstico, etc. La evaluación de una dificultad psicológica conlleva una exploración exhaustiva.
La AGORAFOBIA se caracteriza por un miedo intenso a situaciones en las que escapar puede ser difícil o embarazoso, o donde no se pueda recibir ayuda en caso de necesitarla o ante un ataque de pánico. Las personas con agorafobia suelen evitar lugares como:
El transporte público (autobuses, trenes, aviones).
Centros comerciales y supermercados.
Multitudes, eventos, esperar en una cola... (podría ser embarazoso "llamar la atención", "dar la nota").
Lugares donde no haya nadie (no podrían socorrernos).
Espacios abiertos (avenidas, plazas, aparcamientos, puentes...).
Espacios cerrados (cines, teatros, ascensores, túneles, parkings subterráneos...).
Viajar lejos de casa o de lugares "civilizados", dotados de servicios (asistencia médica, policía...).
En muchos casos, la agorafobia surge después de episodios de ataque de pánico, lo que lleva a la persona a evitar situaciones que puedan desencadenar otro ataque. En algunas ocasiones, la persona puede quedarse confinada en casa por miedo a salir.