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Advertencia: la información aquí expuesta tiene carácter general y en ningún caso constituye un diagnóstico. Evita autodiagnosticarte por mucho que tu caso se asemeje. Además, el uso de etiquetas diagnósticas ha demostrado tener pros y contras. Por un lado pueden ser útiles especialmente para obtener tratamiento y comprensión. Por otro, pueden ser contraproducentes, pudiendo generar en la persona malestar, estigma social, sentimiento de verse reducida a su diagnóstico, etc. La evaluación de una dificultad psicológica conlleva una exploración exhaustiva.
El TAG (trastorno de ansiedad generalizada) se caracteriza por una preocupación excesiva, persistente e irracional sobre una variedad de situaciones y eventos cotidianos. Las personas con TAG se sienten ansiosas o preocupadas casi todo el tiempo, incluso cuando no hay una razón evidente para ello. Los síntomas son variables entre personas, y pueden incluir los siguientes:
Ansiedad y preocupación excesivas y difíciles de controlar sobre diversos eventos o actividades (como el trabajo, el dinero, la salud, la escuela...), que ocurre más días de los que no, durante un período de al menos seis meses.
Inquietud o nerviosismo: Sensación de estar "al límite" constantemente.
Fatiga / agotamiento: Sentirse cansado con facilidad, incluso sin realizar esfuerzos físicos.
Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
Irritabilidad: Sensación de tensión emocional.
Tensión muscular: Dolores o rigidez en el cuerpo debido al estrés.
Alteraciones del sueño: Dificultad para conciliar el sueño o despertarse frecuentemente durante la noche, o sueño no reparador.
Estos síntomas causan malestar e interfieren en áreas de la vida como el trabajo, los estudios o las relaciones sociales, y no se deben a otros factores como el consumo de drogas, medicamentos, etc, ni por otra condición psicológica.